Hay personas que esperan el frío con ansias, y cuando llega, se sienten en su elemento. Sólo les basta con abrigarse un poco y son felices. Pero otras personas lo reciben con ansiedad, y lo padecen no sólo con escalofríos, a veces también con la llamada comezón invernal.
¿Alguna vez has sentido esa molesta comezón invernal? Se debe al frío invernal y la falta de hidratación de tu piel, que causan resequedad.
Las temperaturas bajas y el clima seco, evitan que tu cuerpo produzca en cantidad suficiente los aceites naturales que mantienen tu piel hidrata, por lo que necesita de una ayudadita de tu parte. Si no proteges tu piel, corres el riesgo de que se produzcan lesiones como grietas u prurito (comezón), y como la reacción natural es rascarte, puedes provocar sangrados leves.
Cuida tu piel
Para proteger tu piel en esta temporada invernal, sigue estas indicaciones y olvídate de la resequedad:
Humidifica el ambiente. Clima seco, aire frío y calefacción son enemigos naturales de tu piel, y como las tres cosas están presentes durante el invierno, es casi imposible evitarlas. Para que los efectos de la calefacción (de casa o en el automóvil) sean menos severos, puedes humidificar el ambiente. Si no puedes comprar un humidificador, hay otras formas de aumentar la humedad en el ambiente de tu casa: Macetas (a medida que crecen, las plantas liberan humedad), ropa abrigada (en vez de calefacción), olla de agua (una olla de agua cerca del calefactor provocará una agradable vaporización), cocinar (preparar guisos con agua, como sopas y caldos, aumenta la humedad de la casa), rociar agua al aire (un atomizador ayuda a aumentar la cantidad de humedad en tus ambientes), dejar la puerta del baño abierta (tras una ducha tibia o caliente, deja la puerta abierta para que el vapor llene el resto de tu casa).
Menos duchas y jabón. Reducir la cantidad de duchas semanales y el tiempo de cada una, y la cantidad de jabón que se usa, ayudan a que el cuerpo conserve la humedad por más tiempo. El agua, aunque suene paradójico, reseca la piel, pues el contacto con ella disminuye considerablemente la cantidad de aceites naturales que tu cuerpo produce y que mantienen humectada tu piel. Los adolescentes no tienen problemas en general, pues sus glándulas sebáceas están trabajando al máximo en esta edad, pero los niños y los adultos mayores, que son más propensos a la comezón invernal, deben bañarse sólo 2 ó 3 veces a la semana.
Aceites de baño. No lo uses como normalmente se sugiere, no lo viertas en la tina o lo apliques durante la ducha, pues todo se caerá sin que tu piel lo absorba, y puede hacer las superficies más resbaladizas, lo que podría provocar un accidente. En su lugar, aplícalo al final del baño, en vez de crema. Un aceite para bebé es ideal porque cubre la piel, evitando que la humedad escape.
Crema lubricante o vaselina. Aplica crema lubricante sin perfume o vaselina sobre las zonas de tu piel donde tengas comezón o sientas la piel áspera. Si es necesario, puedes aplicarla varias veces al día durante todo el invierno, es eficaz incluso en grietas de tamaño considerable.
No uses lociones o perfumes. El alcohol de los perfumes reseca la piel, por lo que es preferible evitarlos durante el invierno.
Evita los alimentos irritantes. Hay alimentos que pueden irritar la piel de las personas que tienen sensibilidad al frío, por lo que su consumo debe ser limitado o eliminado por completo durante el invierno: jitomate, tomate, limón, chocolate, café, alcohol, camarones y fresas son los más importantes.
Bebe suficientes líquidos. Agua natural o de frutas, frutas y verduras frescas e infusiones, son las bebidas perfectas para esta temporada.
Sigue estos consejos y el invierno no te hará ni cosquillas.
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