Cuando las necesidades básicas alimenticias están cubiertas, un niño necesita de dos cosas fundamentales: Amor y responsabilidad. Puedes transmitirle ambas, si lo invitas a compartir contigo las labores cotidianas del hogar.
Amor
Al invitarlo a formar parte del “equipo”, tu hijo sabrá que es aceptado y que lo necesitas tanto como él te necesita a ti. La relación de amor será mutua, y él cobrará conciencia de ello, por lo que su relación contigo y con toda la familia, se verá fortalecida, especialmente cuando comprenda que todos tienen actividades dentro o fuera de casa, que son necesarias para que la familia esté feliz, bien alimentada, bien vestida, etcétera.
El amor maternal es insustituible. Cuando está bien orientado y va acompañado además de una educación donde se transmitan los valores familiares, los resultados son mucho más positivos, pues se está educando a los niños para que sean personas de bien, responsables y sensibles.
Aunque a los niños no suelen gustarle las responsabilidades, sí les gusta ser tenidos en cuenta y sentir que son útiles. Pero jamás castigues a un hijo que no quiere colaborar, en su lugar explícale que cada miembro de la familia debe colaborar por el bienestar de los demás, y pregúntale cómo cree que él podría ayudar. Te sorprenderá lo que es capaz de hacer si le das la opción de elegir.
Responsabilidad
Nunca subestimes a tu hijo ni creas que no es capaz de hacer casi las mismas cosas que los adultos. Por supuesto, debemos considerar la edad y las habilidades, innatas y adquiridas, a la hora de asignarle tareas en el hogar.
Una buena forma de compartir el tiempo y asignarles responsabilidades, es que te ayuden en las labores de la cocina. Asegúrate de que no haya utensilios afilados y que no estén muy cerca del fuego o cosas calientes. Cuando estés lavando las frutas y verduras, puedes pedirles que las sequen y las coloquen en un cesto; también pueden ayudar colocando los cubiertos en la mesa, acomodando las sillas, llevándose los trastes sucios al fregadero, regando las macetas, guardar los calcetines en pares, etcétera.
Los niños más grandes pueden ayudar alimentando a las mascotas, barriendo el patio o lavando el baño. Lo importante es que la labor que les asignes no implique un riesgo para su integridad.
Trabajar en equipo con la familia, fortalecerá los lazos afectivos y enseñará a todos los miembros el valor de la responsabilidad y de la cooperación.
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